Reino unido. Toda historia de amor puede tener un final poco feliz. Pero los condimentos de lo que le pasó a un sacerdote que dejó los hábitos por haberse enamorado de un joven y que hasta gastó todo el dinero que tenía por él, son dignos de una película. Y no precisamente una comedia...
Philip Clements dejó los hábitos a los 79 años para casarse con Florin Marin, un modelo rumano de 24. Luego vendió su casa para comprarle un departamento, pero el joven lo abandonó. El ex vicario ahora vive con un amigo.
El modelo se divorció del vicario británico a los pocos días de que este le comprara una casa en Bucarest. El joven no sólo lo dejó en la calle y sin plata, sino que hasta encontró un nuevo amor llamado Jesús, un empresario español.
Marin se casó con el ex sacerdote en abril luego de conocerlo en un sitio web de citas, pero se separó días después de que el hombre le comprara un departamento de 100 mil euros (119 mil dólares) en la capital rumana, el cual puso a su nombre.
“Cuando las cosas iban bien, quería que él tuviera seguridad cuando yo muera. El próximo año cumplo 80... Pero no sabía que íbamos a terminar tan pronto”, se lamentó Philip.
Clements, que vendió su antigua propiedad, ubicada en la localidad inglesa de Sandwich, por 214 mil libras (289 mil dólares) para poder comprarle el departamento a su joven esposo, debió regresar a su país natal sin casa y sin dinero.
Y ahora no le quedó otra opción que vivir con un amigo.
Por su parte, Marin no tardó mucho en encontrar un nuevo amor y ya está en pareja con Jerónimo Jesús de Vega, de 48 años, un empresario español al que también conoció por la web, en este caso a través de Facebook.
“Me escribió después de ver la noticia de que me había separado de Philip y me dijo que quería conocerme”, contó con naturalidad el modelo, quien antes de conocer a Clements ganaba seis dólares la hora trabajando de cocinero en un bar.
“Me arrepiento de haber vendido mi casa para comprar el departamento. (Marin) me dejó muy triste y solo, ahora tengo que vivir con un amigo para no estar en la calle”, concluyó el ex sacerdote.
Clements (79) dejó los hábitos al enamorarse del rumano de 24 años. Vendió su casa, compró la propiedad y la puso a nombre de su esposo.
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